martes, 18 de junio de 2013

No abandones... lo mejor está por llegar

Eso es lo que suena en mi mente cuando un problema me pone en serias dificultades. No todo es blanco o negro, por muy oscuro que lo veamos todo en un mal momento.

A veces pensamos que nuestros sueños van precedidos por un camino de rosas, y no hay nada que esté más lejos de la realidad. A veces nos confiamos demasiado, sobrevaloramos nuestras posibilidades y caemos por no tomar tan en serio el duro reto ante el que nos encontramos.
A veces sucede lo contrario, y ante la mínima presión, nos ahogamos en un vaso de agua, viéndonos superados por los retos que nos proponemos.

No debemos permitir asentarnos en ninguno de esos dos extremos. Aunque son dos cosas opuestas, ambas comunican en un mismo punto: fallar y volver a empezar de cero. Debemos ser capaces de autoexigirnos para no confiarnos, pero nunca hay que llegar al punto de infravalorarse a sí mismo. Hay que saber mantener el equilibrio en la cuerda floja.

No importan los obstáculos, no importan los impedimentos, no importan los problemas. Solo importa tu fuerza para seguir adelante y no detenerse por nada. No abandones tu objetivo porque sea complicado. Una meta no merece la pena si su camino para llegar no es difícil. Si fuese fácil... todo el mundo lo haría.

No abandones, lo mejor está por llegar.