domingo, 21 de abril de 2013

Vértigo

La vida es una cuerda floja donde debes ir de un extremo a otro para poder lograr tus objetivos. Es un camino sólo apto para los fuertes, porque cuando inicies ese camino descubrirás realmente lo que es el vértigo.

Vértigo al futuro. Vértigo a lo que se espera de ti. Vértigo al qué dirán. Vértigo a decepcionar a quien(es) quieres. Vértigo a las situaciones complicadas. Vértigo a los problemas que dañan tu armonía. Sólo vértigo, potenciado más por temer errar, por temer dar un paso en falso en dirección contraria.

Parálisis. Es la primera reacción al vértigo.  Decides no moverte, quedarte quieto, esperando a que el vértigo desaparezca. El problema es que si no actúas y el vértigo no desaparece, caes de la cuerda floja, con todo lo que ello conlleva.


En la cuerda floja se pagan los errores, tanto por distracción como por exceso de confianza. Por muy bueno que seas caminando en la cuerda floja, no sabes si puede llegar un golpe de viento que te desequilibre y te tire al vacío. Nunca sabes cuando puedes tener un traspiés. Por ello es importante mantener la concentración, no confiar en tu éxito e ir paso a paso. También puedes tropezar, pero si estás concentrado te dará tiempo a sujetarte a la cuerda y no caer al vacío. Te vuelves a levantar y continúas el camino, ya con un poco más de experiencia.

No hay que rendirse nunca. Lo especial de esta cuerda floja es que no se ve su final hasta que lo alcanzas. Quizá te falte mucho menos camino de lo que piensas. Y si existe algún momento en el que te plantees rendirte y tirarte de la cuerda floja, vuelve a recordar lo que te hizo iniciar ese camino... y sigue hacia adelante.