jueves, 8 de octubre de 2015

El docente decente

Tenemos la sensación de que somos libres, dueños de nuestras decisiones, el principal motor de nuestro porvenir. Qué engañados vivimos, porque en realidad somos el fruto de la casa en la que nos hemos criado, de los amigos que hayamos hecho, y sobre todo, de la educación que hayamos recibido de nuestros maestros. Porque son ellos quienes nos enseñaron a coger un lápiz, porque son ellos quienes intentaban cada día cambiar nuestros errores, y porque son ellos en su conjunto quienes nos han permitido ver la vida tal y como la vemos. Cada uno ha disfrutado de diferentes maestros en su vida y es por ello que no existen dos personas iguales.