jueves, 17 de septiembre de 2015

Diario del miedo (II)

Ha llegado el día. No puede ser... ya estaba apunto de tirar la toalla y tranquilizarme. En el fondo siempre lo esperé, pero nunca lo hubiera deseado hecho realidad. Ya no me sale agua del grifo.


Tal y como decidí desde el 25 de mayo, tomé la decisión de abrir cada día el grifo de mi baño para comprobar si los comunistas que lidera Manuela Carmena, esa loba con piel de cordero, decidían comenzar a racionar elementos básicos a causa del desabastecimiento que suelen sufrir las repúblicas bolivarianas como Venezuela. Hoy comienza el terror. Ya ni me apetece tomar café, no sé si podré volver a encontrar grano molido en los supermercados. Mi pesadumbre deambula sin rumbo... tengo demasiadas cosas en la cabeza. ¿Compro ya mismo alimentos suficientes para llenar la despensa o llamo a mis seres queridos? Los demás no viven en Madrid, quizá baste con regresar a mi pintoresca Toledo, allí el socialista no se ha vuelto tan loco.

Me duele, me duele mucho España. Mi amado país se ha empezado a romper por su propia capital. Qué fácil lo van a tener ahora esos soplagaitas separatistas de Cataluña. Es probable que con irme a Toledo no baste, esta rotura acabará con todo; quizá sea el momento de sacar la maleta del armario, llenarla de ropa, sacar mis ahorros de la banca española y abandonar mis raíces. Lo peor es que no hablo otros idiomas, así que encima podría tocarme un exilio en una de esas repúblicas bananeras de Sudamérica. Y esta casa... espero que este éxodo sea temporal, que me vuelva a sentir seguro entre estas paredes, y sobre todo, que ningún grupo de okupas me la destroce durante mi larga ausencia. Si no la vuelvo a disfrutar yo mismo, que al menos lo hagan mis hijos. Ojalá ellos conozcan una España como en la que vivió su padre: unida, europea y libre. Sin embargo, no estoy loco. No les dejaré ir sin antes comprobar que ha dejado de ser un lugar peligroso. Ojalá, al menos, tengan el placer de que puedan degustar nuestra gastronomía... cosas como el jamón serrano, la tortilla de patat...

(...)

Acaba de venir a mi puerta el presidente de la comunidad de vecinos. Me ha dicho que no habrá agua hoy por reformas en una cañería del edificio... creo que estos ataques de pánico no me sientan nada bien... voy a tomarme el café.


Aquí la primera parte

No hay comentarios:

Publicar un comentario