miércoles, 11 de marzo de 2015

El derecho a decidir sobre los enfermos terminales

Un nuevo debate se ha abierto entre la opinión pública francesa, donde una propuesta de ley está en la boca de todo el mundo. Se trata de lo que llaman el “derecho a una muerte digna”, el cual permite a los enfermos terminales elegir entre mantenerse con vida hasta el final de la agonía o que le se le retiren todos los tratamientos artificiales que prolonguen su vida. Esta práctica, que no corresponde a una eutanasia propiamente dicha, podría ser aprobada en el congreso galo.


El derecho a una muerte digna posee un gran número de tabúes y debates que se encuentran muy ideologizados. Si esta ley termina siendo aprobada finalmente, la fractura política del país podría acentuarse. La cercanía de esta práctica con la eutanasia es un factor que disgustará a los colectivos en su contra, especialmente a los religiosos, que enfocarán su disgusto a aumentar el apoyo al Frente Nacional de Le Pen.


Sin embargo, esta ley permitiría aliviar un dolor sin solución al enfermo, ayuda a que una familia pueda pasar página e incluso puede suponer un ahorro en gastos médicos. Además, la decisión del paciente siempre primará sobre la del médico, quien podrá decidir si se le retiran todos los tratamientos artificiales para ser sedado profundamente hasta la muerte, o si quiere seguir siendo tratado con normalidad. 


La popularidad de Hollande, la cual pende de un hilo, podría reforzarse entre el centro izquierda político con una reforma que había prometido en 2012, pero también entrega un arma de debate a Marine Le Pen, que sigue reforzando su prestigio en Francia. Sin embargo, sería un paso adelante en los derechos individuales, los cuales permitirían acabar con una agonía menos humana que la muerte sin dolor. Esta norma sería un alivio para los pacientes y sus familias.

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